La coalición de derechas liderada por Giorgia Meloni, que gobierna Italia desde octubre, consolidó su poder al ganar las elecciones regionales en Lacio y Lombardía. Estas elecciones fueron importantes porque se celebraron en dos regiones clave del país, la primera alberga la capital nacional, Roma, y la segunda es el motor económico e industrial del país.
La victoria de la derecha se debió a su unidad y apoyo a candidatos comunes, mientras que las formaciones de centro e izquierda no lograron consensuar candidatos en ambas regiones.
El resultado de estas elecciones demuestra la confianza en el gobierno de derecha y refuerza su trabajo.
El presidente saliente de Lombardía, Attilio Fontana, de derecha, se impuso con el 54,4 % al candidato conjunto del Partido Demócrata (PD) y del Movimiento 5 Estrellas (M5S), y en Lacio, la derecha conquistó su gobierno gracias a su candidato, Francesco Rocca.
La victoria de la coalición de derechas es una prueba del empuje de su unidad y su poder casi cuatro meses después de llegar al poder.
Matteo Salvini, vicepresidente del Gobierno y líder de la Liga, celebró la victoria desde la sede de su partido en Milán.